sábado, 24 de noviembre de 2012

Las luces que van pasando se reflejan aquí y allá

     Quise contarte algo y se me salió de las manos, más bien del pecho: una luz se escapó de mi cuerpo esta mañana.
    El comienzo puede empezar a relatarse como un descubrimiento dentro del esplendor oscuro de la mañana antes del amanecer, todo estaba ahí, las cobijas, mi calor, el respirar de mi perro junto a mi cama y ese sonido del ferrocarril que pasa a unos cuantos kilómetros de mi hogar. Sería correcto decir que es a esa hora, aproximadamente entre cuatro y cinco de la mañana, cuando nos encontramos en nuestro sueño más profundo, el más trabajado de toda la noche y, por ende, en las vívido. Esto lo digo base a ciertas experiencias, donde, tras despertar, recordar y analizar los sueños de la noche, me encuentro con tres, cuatro o cinco de ellos, cada uno con una temática propia de un film independiente al otro o, más bien, un pedazo de vida surrealista ramificado en cuatro o cinco diferentes historias. A veces estas historias se entrelazan o desprenden linealmente de las anteriores, otras veces más parecen ser tangenciales y subordinadas de otra idea totalmente radical a la anterior, ¿y cuál es la anterior? Misterios químicos de la materia.
    En fin, el hecho es que a últimas horas del reinado subjetivo del sueño y el dominio de las supuestas tinieblas, algo en mi se desprendió de mi cuerpo para tomar como portador al ambiente mismo, haciendo de mi un tercero y ya no un propio, un sólo cuerpo. Lo que ahora trato de relatar no es más que una separación de lo mágico y la materia —que en este caso soy yo —, y que, como punto de vista acelerado se encontraron mis ojos en otro ángulo totalmente distinto a mi perspectiva desde la cama. Lo curioso de todo esto es que yo permanecía dormido, digo, mi cuerpo permanecía dormido, pero yo, yo el narrador de esta historia, el que se encuentra ahora escribiendo estas palabras, me encontraba de frente a mi propio cuerpo, aún sin saber, a ciencia cierta, cuál de los dos yo era el verdadero.
    Podría pretender que nada de esto pasó, y la verdad es que lo hice y me lo repetí tantas veces en mi cabeza tratando de pensar en alguna otra cosa más pero la verdad es que simplemente no pude hacerlo. Pocas veces llego a vivir alguna de estas cosas que a los demás parecen sucederles todos los días que, mientras pensaba en si comprar una cajetilla de Lucky Strike o una de Camel, simplemente no pude, no pude si quiera dejar de pensarlo y tener que ir a tu casa a contártelo lo más pronto posible. Esa era la idea: llegar a tu casa, tocar el timbre, tocar tres veces con mi puño y luego avisar que era yo con un ligero tono de casualidad vespertina, que me abrieras la puerta, me dieras un beso y, después, taparte la boca y arrastrarte hasta tu cuarto de una manera indiscreta.  Nada importaba, esa era la idea desde el principio tras recordarlo y sentir que mi corazón pudiera salirse de un momento a otro de mi cuerpo como aquella luz de la madrugada.
    A estas instancias de la vida, me da por golpearme al darme cuenta de que sigo siendo un estúpido que cree en las películas de dramas románticos y, por idiota, me siguen pasando cosas como la negación de mis propios sueños. Al decir esto sólo puedo pensar el porqué de la respuesta que me diste tras todo esto. Sólo quería llegar a tu casa y describirte todo lo de la luz, mi reacción ante mi cuerpo visto desde otro ángulo por mi mismo, la estúpida luz flotando a treinta centímetros de mi pecho y como el sonido del ferrocarril se esmeraba en salir de la ciudad mientras esta anormalidad sucedía frente a mis narices. Sólo quería eso, que abrieras tus ojos para poder notar ese brillo en ellos que tanto me apendeja, ver cómo tu frente se arruga ligeramente por la fuerza de tus cejas en ella, escuchar cómo tus palabras de sobresalto se convierten en preguntas de reflexión y, así mismo, cómo estas preguntas de reflexión se convierten en besos en mi cara y cómo después esos besos pasarían a ser risas en tu habitación. Pedía un poco de una fantasía que se formó en mi cabeza en menos de cinco segundos, pedía un poquito de un anhelo base a un sueño, porque eso era y jamás afirmé que fuera verdad, pero tal vez pedía mucho, mucho para un sábado como este, mucho para una fantasía de cinco segundos, mucho para mi torpe vida aburrida donde nada pasa ni pasará.
    

viernes, 23 de noviembre de 2012

Noviembre se va yendo así

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    La mayoría de las veces, el final del día suele dar una vuelta de 180º como no tienes idea. Esta es una de las grandes virtudes del sencionalismo que se funde en nuestros dedos mentales: chasqueantes e impulsivos, seductores y presas que forman un dolor interno necesario y putrefacto, decisiones que se forman en milésimas de segundo. 

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    Tengo y mantengo la idea de que la autodestrucción es uno de mis atributos menos valorados, al menos, entre mi circulo de personas más cercano. 

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    Hoy volví a estar desempleado y me di cuenta de que, al menos, el trabajo me mantenía ocupado de pensar y darme cuenta de lo idiota que soy. Necesito un abrazo, carajo.
 
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    Sé que leerás estas palabras alguno de estos días y sólo quiero que entiendas que si sigo aquí es por ti, por todas las cosas que he hecho contigo y las miles de razones que tengo para no cometer una pendejada, no señor. 

jueves, 22 de noviembre de 2012

Calcetines

   "I wanna be sedated and you're an idiot".
    Así fue, lo recuerdo todos los días al abrir los ojos, al darme cuenta de que vivo solo y de que soy, como ya lo dijiste, un idiota. Esta podría ser la frase que dirija el rumbo de lo que queda de mi vida y tal vez ya lo sea, sin embargo, aún vivo con esa intimidad de tener que aceptar tus palabras de rabia y hacerme el valiente al decir que ya no te pienso.
    Te pienso y la verdad es que no tienes ni la más remota idea de cuánto, de por qué estoy así desde que te fuiste y, carajo, claro que lo sabes. Imagino las preguntas que te hacen cuando te ven, haciendo que tu lista de momentos embarazosos, que aún te voy ocasionando, sea más larga. "¿Y Alberto, ya no salen?", "¿Por qué se dejaron? eran mi pareja favorita"... Casi creo que los escucho, en las fiestas, en los funerales y en los encuentros de transporte colectivo de esta triste ciudad.
    Quisiera ser yo el sedado, asumiendo también, ser un idiota. Te lo juro que lo deseo con todas mis fuerzas pero las drogas nunca fueron lo mío. No puedo si quiera asimilar estar drogado, estando normal apenas si tengo control de mis actos impulsivos y mi franco comportamiento tan típico de mi región que, de por si, hacen que mi vida sea un circulo de manías del siglo XXI. Ya vez, todo lo que escribo en estas hojas en blanco que habitan mi cuarto te tienen como destinatario, todo se dirige a ti en un grito de desesperación y piedad que nunca asimilaras; hasta las hojas en blanco describen los silencios desgarradores que procreo y jamás dedicaras a pasar conmigo. Eres así.
    En el tiempo que se dice semanas y meses no he descubirto otra personalidad como la tuya y, la verdad, poco o nulo intento he hecho por descubrirlo. El esfuerzo es un desperdicio desde el momento de decir que hablo de ti contra alguien más. Recuerdo cuando te sonrojabas al decirte cosas como éstas, pero recuerdo también cuando comenzabas a blofear al escuchar cosas similares. Lo recuerdo todo y ese es mi puto pesar.
    "I wanna be sedated and you're boring, dude".
    Creo que esas cosas te las advertí en nuestra primera cita, sabía que no iban a cambiar nunca, como tampoco cambiarían los calcetines que siempre he usado.

martes, 20 de noviembre de 2012

Cuando te canses de mi

Te diré, entre tú y yo, 
que me dan miedo las tormentas, 
que ahora veo que una se acerca 
que en el cielo hubo un temblor 
y sólo pienso en escapar, 
esto se ha puesto muy feo, 
tuve un juicio contra reo 
y sé que me condenarán. 
Desde La Lloca hasta El Musel 
te busqué y no te encontraba 
y cuando nos vimos las caras 
me buscabas tú también 
y ahora que sigues aquí 
cómo no vas a cansarte 
si de miércoles a martes 
ya estoy harto yo de mí. 

Me decías lo que media 
entre tú y tu soledad, 
es un trecho que no puedo abarcar 
yo le preguntaba al cielo 
sin disimular el miedo 
cómo voy a vivir 
cuando te canses de mí, 
cuando te canses de mí. 

Y qué más da si esto es el fin, 
yo trato de matar el tiempo 
y entre tanto lo que el tiempo 
intentará es matarme a mí 
y estas líneas, ya lo ves, 
son lo más desesperado 
para tenerte a mi lado 
que se me ha ocurrido hacer 
y si me dejas que lo intente 
sólo una vez más 
me odiarás secretamente 
y para siempre jamás, 
que hacen falta, ay, amor, 
más de dos vidas enteras 
para corregir siquiera 
el más mínimo error. 

Me decías lo que media 
entre tú y tu soledad, 
es un trecho que no puedo abarcar. 
yo me pregunté a mí mismo, 
sólo a un paso del abismo, 
cómo voy a vivir 
cuando te canses de mí, 
cuando te canses de mí, ay, de mí. 

Me decías lo que media 
entre tú y tu soledad, 
es un trecho que no puedo abarcar. 
yo le preguntaba al cielo 
sin disimular el miedo 
cómo voy a vivir 
cuando te canses de mí, 
cuando te canses de mí.

http://www.youtube.com/watch?v=9hvsVLz6C3s

Final caja negra

    Si me hubiera suicidado una vez por cada bala del revólver que he reprimido sería un genocidio de idiotas sin importancia.

domingo, 18 de noviembre de 2012

domingo, 11 de noviembre de 2012

Sus sonetos son como el dulce Seltz en mi paladar


Storia d' amore


Pude y puedo pero la verdad es que no pasará


    Pude haber dicho me voy. Pude y puedo más, sin embargo, puedo casi asegurar que hubiese sido la peor decisión de mi vida, digo, de mi año, digo, de mi noviembre, digo, de mi hoy. Sé, que todo esto puede parecer una exageración si sabes un poquito de mi persona pero, dentro de lo que cabe, puedes plantearlo con cualquier caso, al fin de cuentas, todos somos parte de la misma pista de baile aunque algunos bailemos peor que otros. 
    Estar juntos parece, a veces, tan inalcanzable, un propósito utópico que me hace querer rendirme, tomar el revolver de mi padre y salir por la puerta triunfante del humano coherente. Sí, lo he pensado muchas veces y no, no te preocupes así, sé que también lo has pensado alguna vez, y eso, solamente revela lo tanto que nos parecemos el uno al otro. Quisiera poder aclarar esto último en un pasaje de frases o versos que se acomoden al poema que más nos logre describir, al menos este hoy y ayer, días del proceso inminente de vida que decidimos llevar. 
    Puedo sentarme e inhalar el aire que se impregna en la habitación como si fuese el perfume que deja tu presencia en mi cuarto cuando estás, pestañear ambos ojos de una manera muy lenta como en esas películas rusas que no has podido ver junto a mi, tomar un sorbo de agua y, al fin, abrir el cuaderno donde los pasajes más severos, salvajes, dolorosos y  necesarios, se van escribiendo con la tinta del amor que recae en mis torpes y delgados dedos de pianista sin piano.
    Pude haber dicho que me iba sin saber porque lo hacía, como en los viejos tiempos en los que el salir por la puerta era decir que todo estaría bien mientras más mal se pusiera. Sentirme parte de la ridícula opulencia humana del destierro y la decadencia mientras comenzaba fumar cigarrillos rubios parecía ser una buena rutina del escape hasta que me di cuenta que nunca había logrado salir de ningún lugar. Hubiese querido llegar a saber un poquito de lo que ahora mantengo más en mente pero a la vez creo que sería el suicidio de lo que ahora pienso ser. Soy la escena de una ducha acalorada de un hombrecillo tímido en un baño turco, soy el insensible que tal vez siempre recurra al mismo torpe truco. 
    Hay ciertos arranques de los que mi existencia no puede prescindir, conoces ya todos y cada uno de ellos pero, por ahora, me limito a decir que simplemente la cagué.

   

miércoles, 7 de noviembre de 2012

Fin

    Se terminó la necedad de salvar a los lunes, al final de cuentas, el de la culpa siempre fui yo. Gracias lector.

martes, 6 de noviembre de 2012

Estoy casi seguro de que el comienzo de esta corrida fue el final de aquella tortura

    «Son las ocho con catorce minutos y mi voluntad sigue siendo tan pequeña como ayer»... «¿Cuántos minutos han abarcado las ocho con catorce en mi cabeza, cuánto más durará este eco?»...
«Sería extraordinario, si, verdaderamente extra-ordinario el hecho de que alguien ajeno a mi, o a ella, bajara desde el cielo y me indicara el camino que sigue después de las ocho catorce»...«Eso es un Deux ex Machina»... «No recuerdo su nombre, ella no es la de la imagen en mi cabeza»... «La palabra Puzzle reluce en mi frente cada que me veo al espejo en las mañanas»...
    «¿Dónde quedaron sus gemidos, serán esclavos del viento?, ¿del tiempo?, ¿de las ocho con catorce?»... «Se fue»...
    «No entiendo el sonido que deberían figurar sus labios, qué querrá decir?, ¿estará diciéndome que se encariñó ya?»... «Soy el fruto del miedo consecuente de mis actos impulsivos»...
    «Ocho con catorce»... «Sólo recuerdo otra cogida como esta, sólo una y fue con otra, con la de la imagen en mi mente»... «¿Quién soy?»... «Sus leves llantos resonaron en la habitación hasta lograr fundirse en las heridas que dejaron las uñas de la otra mujer en mi piel»... «Ella es otra»... «¿Quién soy?»... «Ocho con catorce»... «Al terminar se posó en mi pecho cariñosamente para, después, comenzar a detallarme su vida tras el vaivén de mis pulmones»... «¿Qué quiere de mi, qué hice para merecer esto?»... «Mi mente me está ganando, ya no veo a esta chica, la que se supone que está aquí, es aquella, la otra: cabello rizado, olor a fresa»... «¿Ocho y cuánto?»...
    «Ocho con catorce»... «Si, ella fue la que me sodomizó, la china»... «Había látigos en el buró, la luz era roja»... «Ocho con catorce»... «Su piel blanca captaba mi atención, sus pechos pequeños brillaban bajo los reflejos de mi lujuria, su vagina sonreía»... «Me dolió»... «Quiero más, más, por favor»... «Lo merezco»... «Ella planchó su cabello y después siguió hasta mi para quemarme delicadamente en los muslos»...  
    «Ahora me llamo Elisa y jamás te enamorarás de mi»... «Prepárate, son las ocho con catorce».

jueves, 1 de noviembre de 2012

Drei Klavierstücke

    "Ok". Este es el fin de tu objetiva narración salvadora, una más que agregar a la, ya incuantificable, lista de justificaciones que tienes de explicar las cosas que haces y te dejas hacer. "Sensasional", "catastrófica", "elegante", "mamona", "perra lame huevos" y "culo comestible" sonaron antes del mencionado final, cada uno adornando las frases que rápidamente vas armando en tu lengua lame vergas, la causante de las noches en vela de todos nosotros (17). 
    "Quiero que tú me aprietes las tetas... tú meteme el puño en la boca mientras me la meneas en el cuello y tú, tú dame por atrás mientras tarareas una de esas canciones de Nacha Pop". Él no tarareo, silbó, el otro sólo sostenía suavemente aquellas tetas morenas y yo, yo me limité a pellizcarle los labios y dárle por el ano mientras cantaba su canción preferida y le iba dejando cada vez más rojo su delgado cuello. 
    "Me quedo contigo. Ustedes dos dense por el culo". Entre ellos dos la golpearon para despedir la velada. Ella me miró la entrepierna, yo bebí un sorbo del café que me aguardaba en el buró y, con un delicado mordisco en los muslos, se limitó a responderme con el final que comencé a relatar. Para esto, ya habían gritado "sensasional", "catastrófica", "elegante", "mamona", "perra lame huevos" y "culo comestible" aquellos dos hermanos mientras yo me quedaba con todo el manjar (Drei Klavierstücke).