sábado, 23 de julio de 2011
Platica para romper el cielo
Parecía asoleado, digo, eso fue lo que pensé cuando me lo encontré mientras llegaba al parque. Parecía olvidado, como si nadie en la ciudad se acordara de él, lo que hacía recalcar el rozar del sol de julio mexicano. El mediodía era tranquilo, como la jaula en la que antes vivía aquel hombre rubio durante su estancia en mi hogar, hace cinco años ya. Cruzó la mirada conmigo con un toque de anhelo más sin embargo, al igual que los demás, finguí haberlo olvidado.
jueves, 21 de julio de 2011
11:40
El agua caía lentamente hasta tocarme.
La música era lenta, casi muda: suspiros.
Su mano yacía centímetros de la mía, colgando.
En
un
instante
ella
me abrazó.
y recuerdo el zoom, sólo porque llovía (México, D.F.)
La música era lenta, casi muda: suspiros.
Su mano yacía centímetros de la mía, colgando.
En
un
instante
ella
me abrazó.
y recuerdo el zoom, sólo porque llovía (México, D.F.)
domingo, 17 de julio de 2011
viernes, 15 de julio de 2011
Entre los caballos
Soñé con una mujer sin boca, dice el tipo en la cama. No pude reprimir una sonrisa. Las imágenes son empujadas nuevamente por el émbolo. Mira, le dije, conozco una historia tan triste como ésa. Es un escritor que vive en las afueras de la ciudad. Se gana la vida trabajando en un picadero. Nunca ha pedido gran cosa de la vida, le basta con tener un cuarto y tiempo libre para leer. Pero un día conoce a una muchacha que vive en otra ciudad y se enamora. Deciden casarse. La muchacha vendrá a vivir con él. Se plantea el primer problema: conseguir una casa lo suficientemente grande para los dos. El segundo problema es de dónde sacar dinero para pagar esa casa. Después todo se encadena: un trabajo con ingresos fijos (en los picaderos se trabaja a comisión, más cuarto, comida y una pequeña paga al mes), legalizar sus papeles, seguridad social, etc. Por lo pronto necesita dinero para ir a la ciudad de su prometida. Un amigo le proporciona la posibilidad de escribir artículos para una revista. Él piensa que con los cuatro primeros puede pagar el autobús de ida y vuelta y tal vez algunos días de alojamiento en una pensión barata. Escribe a su chica anunciando el viaje. Pero no puede redactar ningún artículo. Pasa las tardes sentado a una mesa de la terraza del picadero intentando escribir, pero no puede. No le sale nada, como vulgarmente se dice. El tipo reconoce que está acabado. Sólo escribe breves textos policiales. El viaje se aleja de su futuro, se pierde, y él permanece apático, quieto, trabajando de manera automática entre los caballos.
Roberto Bolaño en Amberes.
jueves, 14 de julio de 2011
Untitled
Entre los silencios que nos encierran ardo en miradas. Sufro el acento en estanques de saliva, dejo el motor encendido en un disparate de segundos. El velo te rodea; la piel se cubre de vapor insatisfecho en gritos ahogados por el silbido de la hipnosis. Te observo: bajo la ceniza y mis manos avanzando, hacia tu cuerpo, hacia mi centro. Me dirijo hacia la inevitable persuasión de tus piernas, tan vivas, tan largas. Somos polos opuestos en atracción desmesurada, somos parte de engranes que encajan de la nada. Exacta, exacto. Un goce apropiado para el dolor almacenado, dejando las voces ausentes para el momento indicado.
martes, 12 de julio de 2011
Lenguaje vulgar ocasional
Mi nombre es Leonardo. Soy una victima más del lenguaje vulgar ocasional. Por razones parecidas a las de todos ustedes, me vi ayudado por ciertas personas que decidieron de una vez por todas, tratar de encaminarme hacia los frondosos caminos del bien. Sé, que al igual que la mayoría de la población de éste país, la influencia de las malas palabras me persuadieron de una manera en la cual, me dejé caer sin precisar cuándo o cómo. Es algo que se adquiere y se mantiene, un orgullo nacional, dígase Lunfardo. ¡Sólo quiero dejarles bien claro que, ni sacándome de la Argentina lograrán que deje de hablar de ésta manera, no seré un aceitado, garcas de mierda!
Ansiedad 01:5?
Para cualquier inquilino de los departamentos del 200 al 222 que pasara por la puerta del apartamento número 212, escuchar a Miles Davis sonar dentro no puede ser nada más que un ataque de ansiedad queriendo ser tranquilizado. Miles tiene ese poder sobre Anselmo, quien recibió de su tió varios discos de jazz de los cuales, fue precisamente uno de Davis el que parecía calmarlo en sus ataques de ansiedad. Suena "All blues" antes de que sean las dos de la mañana. Anselmo mira el toca discos con obsesión, la calma parece llegar con los vaivenes del trompeteo y los movimientos hipnóticos del LP. ¿Por qué sólo Miles puede con esto, por qué si Miles puede Liliana no? Preguntas que siempre cuestiona, respuestas que jamás llegarán, no, y menos como los buenos trazos del jazz cincuentero. El reloj cambia a la 01:53 y detrás de la puerta de entrada del departamento 212, pasan dos chicas cantando esa canción pop que ahora todo mundo procura, como si nada más existiera y como si a Anselmo le importara un carajo que mierda de música se engendra ahora en los jóvenes. Sus pies dejan de moverse, entretanto comienza el solo de Davis. Su pálida piel parece enrojecerse al sentir las vibraciones musicales en su entorno, se eriza el vello corporal por default, un ahogo de palabras que se pierden entre notas: Placer al fin. La lluvia ha estado presente todo este tiempo: minutos. Presencia la escena por la ventana, junto a la luna, que hace brillar la sangre que arde en los rasguñados brazos de nuestro ansioso inquilino. Una noche como todas, un todo como nada, una noche de confusiones y bailes tan típicos que son siempre culpa de Liliana. Y el 212 se deja llevar.
lunes, 11 de julio de 2011
Baño de mujeres y palomas
Blancas fuentes de marfil las de la plaza Zaragoza. Pulcras y efímeras visiones en el acto del solsticio, atrapadas en cascadas. Renato se sienta aflojando la corbata, sonata atípica, se asoma la piel. El agua y la obra de la arcaica timidez aseguran el picaporte y el sello laboral. Bienvenidos al místico baño subliminal. Cantando versiones de instintos animales, se encuentran palomas, enfatizando la pureza y alocando las hormonas de las pálidas mujeres, se duchan ausentes con Renato presente, de frente a una ninfa, besando su vientre. Renato se pierde de rodillas en la fuente, desnudo hasta entonces se encuentra mojado, ahogado/drogado. Murió sin darse cuentea de que al baño de mujeres y palomas nunca fue invitado.
domingo, 10 de julio de 2011
Insomnio 01:5?
Ella se ha levantado otra vez. Cinco minutos antes de las dos de la mañana, no es tan precisa como en las novelas de suspenso, pero con variaciones de tres a seis minutos de diferencia, lo cuál no hace alarmarla demasiado. El vaso de agua que yace en el viejo buró permanece a medias, un trago concreto y después, encender la lampara de cabecera. El inicio rutinario de otra noche de insomnio preestablecido. Tendría que asomarse de nuevo por la ventana para aclarar que esta lloviendo, pero se queda absorta sentada, como si esperara a que las pocas gotas de lluvia que pegan en la ventana hicieran un toc-toc para voltear, como si la noche no fuera suficientemente casual, sólo para variar. Mientras Raquel, se pasa las manos por la cara intentando impregnarse de un poco de sueño que se unte a su demacrado rostro, el reloj llega a las dos de la mañana, un rojo profundo que se plasma como la mirada acosadora de fiel violador. Un claxon en efecto Doppler y el suelo inmerso en trozos de fotos rasgadas desde hacia un mes. La noche que ahoga a suspiros discretos, los fármacos que se desparraman por doquier, todo es exactamente igual, pero Raquel no lo quiere visualizar así: "Hoy no, joder". Lastima que una chica tan hermosa como ella se encuentre en esta situación; puedo pensar y puedo afirmar que ahora seguirá haciendo lo mismo una y otra vez, como si esperara ver un cambio al despertar, un mínimo detalle, un vacío total de su habitación, un mar que entorne todo alrededor, un falso estado de conciencia que se adueñe de ella. Una minuciosidad un tanto exagerada detrás de esa nariz. La llovizna siempre es como ayer, una tersa brisa que se acompaña de solitarias gotas gordas que caen de vez en cuando, un chasquido y un soplido que hacen su trabajo en cada madrugada de insomnio ocupante sin perder lo singular. Raquel vuelve a recostarse, apagando la luz a tientas y después acurrucándose de nuevo en las sabanas blancas, que hacen parecer la cama individual como un gélido rectángulo lácteo en la habitación. Necesita de una vez por todas controlar esa tonta respiración, necesita dejar de pensar entre las inhalaciones y exhalaciones para poder perderse, para poder caer en sueño y soñar que jamás despertará.
sábado, 9 de julio de 2011
Sabernos estando
Sigo aquí, en el mismo espacio del comienzo, y no es que quiera decir que no he progresado o que nada he mejorado, si no más bien que estoy aquí, tan accesible a tus comentarios, a los fragmentos que planteas para que yo escuche, a saberte. Quiero saber de ti de una manera desmesurada, lo remarcado de la necesidad ya cuenta como una redundancia y es que solamente de ti me importa saber un poquito más cada día. Sé por otro lado, que esto tal vez provenga de una indiferencia casi inquebrantable hacia las personas que me rodean, acepto que si, que el egoísmo de mi parte no se irá a otro lado, pero que se esfuma cuando todo se trata de ti y de involucrarme a tu vida.
30 de abril (III)
"Después de esto, nos metimos al bar que estaba al lado, un baresito donde tocaban salsa, creo que más bien se trataba de una pulquería. Bailamos toda la noche, yo era un asco, ella era hermosa. Recuerdo que mis enormes lentes se me resbalaban de la nariz con cada brusco y sensual movimiento que ella cometía, fue sinceramente, un shock. Y así tras bailar hasta el cansancio y tras varias jarras de cerveza, terminamos en un hotelito que, ya había visitado en mi primera semana mexicana."
LB
LB
jueves, 7 de julio de 2011
Nota de viernes
Regresemos al momento. Dejemos nuestras ocupaciones instantaneas para un después incierto, para sabernos más. Dejemos de escibir los dos a la vez, soltemos nuestros utencilios, cerremos nuestros cuadernos, apoyemonos con los codos para así, observarnos, sin decir una sóla palabra. Para saber y para encontrarnos no hacen falta planeaciones entrecortadas por agendas atareadas, no estorban las tareas ni las responsabilidades a priori, simplemente hay que abrir un espacio entre espacios para proceder despacio, en el silencio, entre fracasos y pies descalzos que, para serte sincero, sobran -como todo-, al tenerte frente a mi.
miércoles, 6 de julio de 2011
Chivo Expiatorio
Aparentemente descompuesto. Automático o simplemente desenfocado. ¿No podría haberse alguien imaginado que él era la persona con más vulnerabilidad ante tales circunstancias? Si algún día pudiera recompensarlo créeme que lo haría, pero últimamente apenas si permanezco de pie. Quisiera poder amarrarlo y dejarlo ahí para siempre. ¿A quién le importaría? Su singularidad llamaba a gritos la atención. Pienso que la lluvia lo delataba más que a los demás. Pienso que tú lo delatabas más que los demás. Siendo sinceros, ¿qué importancia tenía atraparlo? Independientemente de que estuviera a salvo estaría sufriendo de todas formas. Te informo que los calmantes y drogas ya no le afectan, a sido demasiada experimentación que el cuerpo es demasiado delicado. Aunque últimamente, me he inclinado por dejar al niño jugar.
martes, 5 de julio de 2011
¿Tienes tiempo?
Hoy bajo la tenue luz que alcanzaba a llegar hacia nuestros suelos, observe una pequeña sombra y comencé a analizarla y como siempre, adivinar qué forma tenía. Será una araña de esas que salen del panteón o podría ser el brazo de un árbol que quisiera alcanzarme, pero simplemente, fallo. No sé si la figura se esfumó, lo más seguro es que escapó, de esas formas que yo le quise inventar y ella no debería tomar, hasta que por un momento hiciera imaginar que simplemente, no existía. Dime si tu tiempo no es exacto, el mío está un poco atrasado pero pienso compensarlo cuando se ocupe contigo y me adelantaré a tus más concretas planeaciones para realizarlas y tenerte un poco más. Diviértete mientras puedas e invádete de mí, que el tiempo me rastrea y planea hacerme morir.
lunes, 4 de julio de 2011
Gris (19:24)
En la penumbra de la perseverancia espero sentado, con el techo encima holgado e intangible, lejano e inmune a mis abruptos puños, tosiendo sobre charlas e interrumpiendo llamadas con la mirada simplemente para matar el tiempo. Falta la palabra. Falta el derecho de locución y el gozo de la imaginación. Faltan palabras acompañadas de gestos y sonrisas otoñales. Faltas tú. He abandonado el placer del sueño, no fue sencillo, pero las noches de lectura voraz ocuparon el momento, suplemento de placer con otro, hocico fugaz. Leer y querer leerte, pensar y comenzar a escribirte: frases cortas, oraciones que jamás leerás, poemas incomprensibles y dibujos que representan la alucinación de tu existencia. Fracciones de segundo, hoy no vamos a fallar. Hoy todo acaba y vuelve a comenzar, es el ciclo de mis pasos y la montaña rusa de tu mente, es la caricia que quede a deberte y las formas en las que nunca vas a oír hablar de mí. Faltas. ¿Es esto en verdad necesario? Absolutamente.
Llamadas de larga distancia
Entre los saltos que hemos dado y los tropiezos que nos han marcado, se cuentan innumerables ocasiones en las que hemos dicho y prometido un montón de cosas. Sé que justo ahora, soy yo el problema en el cumplimiento, no soy el único culpable más si el mayor responsable. Lo admito y te repito, soy el error que siempre será, pero un error que trata todos los días de al menos, olvidarse de su naturaleza.
tuc, tuc, tuc...
tuc, tuc, tuc...
viernes, 1 de julio de 2011
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