jueves, 22 de noviembre de 2012

Calcetines

   "I wanna be sedated and you're an idiot".
    Así fue, lo recuerdo todos los días al abrir los ojos, al darme cuenta de que vivo solo y de que soy, como ya lo dijiste, un idiota. Esta podría ser la frase que dirija el rumbo de lo que queda de mi vida y tal vez ya lo sea, sin embargo, aún vivo con esa intimidad de tener que aceptar tus palabras de rabia y hacerme el valiente al decir que ya no te pienso.
    Te pienso y la verdad es que no tienes ni la más remota idea de cuánto, de por qué estoy así desde que te fuiste y, carajo, claro que lo sabes. Imagino las preguntas que te hacen cuando te ven, haciendo que tu lista de momentos embarazosos, que aún te voy ocasionando, sea más larga. "¿Y Alberto, ya no salen?", "¿Por qué se dejaron? eran mi pareja favorita"... Casi creo que los escucho, en las fiestas, en los funerales y en los encuentros de transporte colectivo de esta triste ciudad.
    Quisiera ser yo el sedado, asumiendo también, ser un idiota. Te lo juro que lo deseo con todas mis fuerzas pero las drogas nunca fueron lo mío. No puedo si quiera asimilar estar drogado, estando normal apenas si tengo control de mis actos impulsivos y mi franco comportamiento tan típico de mi región que, de por si, hacen que mi vida sea un circulo de manías del siglo XXI. Ya vez, todo lo que escribo en estas hojas en blanco que habitan mi cuarto te tienen como destinatario, todo se dirige a ti en un grito de desesperación y piedad que nunca asimilaras; hasta las hojas en blanco describen los silencios desgarradores que procreo y jamás dedicaras a pasar conmigo. Eres así.
    En el tiempo que se dice semanas y meses no he descubirto otra personalidad como la tuya y, la verdad, poco o nulo intento he hecho por descubrirlo. El esfuerzo es un desperdicio desde el momento de decir que hablo de ti contra alguien más. Recuerdo cuando te sonrojabas al decirte cosas como éstas, pero recuerdo también cuando comenzabas a blofear al escuchar cosas similares. Lo recuerdo todo y ese es mi puto pesar.
    "I wanna be sedated and you're boring, dude".
    Creo que esas cosas te las advertí en nuestra primera cita, sabía que no iban a cambiar nunca, como tampoco cambiarían los calcetines que siempre he usado.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Me encantan tus textos!

Arturo Contreras dijo...

Gracias (: