sábado, 2 de julio de 2016

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    He llegado hasta aquí y me es necesario repasar lo más importante que ha pasado. La mayor parte del tiempo me cuesta trabajo darme cuenta de que sigo en pie, ya que voy yendo apurando el paso y atravesando todo lo que va sucediendo sin engancharme demasiado en un solo concepto. Es entonces es momento adecuado para hacer una pausa, reparar en seco y parpadear algunas veces para refrescar mi mente e idealizar todo ese conjunto de acciones y situaciones que he ido atravesando en el año que se acaba de cumplir y lo que, en verdad, he cumplido bajo la lista de supuestos propósitos o metas a corto plazo.
    El hecho de haber nacido a finales de mitad de año me hace modificar el estándar del año en curso, siendo un doble punto de vista o tangente el que me permite separar las diferentes tareas que hay que cumplir, ya sea en el típico enero a diciembre o de cada 29 de junio. Sin embargo, revisando los puntos clave a cumplir, ambas caras de la moneda me hacen saber que lo importante se comparte y son pocas cosas las que diferencian estas dos contrapartes, puntos que, de igual manera, hacen un tanto significativo el motivo de separación.
    He llegado hasta aquí y me es imprescindible conocerme en este momento. Amanecer y dirigirme hacia el espejo del baño con la consciencia precisa de identificar lo que quiero me es elemental, y me refiero más a lo que viene después del acto mismo: salir y encaminarme al montón de actividades diarias que hay que cumplir, aunado a los imprevistos e impulsos que se presentan y salir triunfante, sin tener que sentirme derrotado en un día común de rutina.
    Basta con parar sin reparos, mirar un poco hacia un punto muerto del techo y perder la noción para dirigirme un poco hacia atrás y enterarme de que lo voy logrando. Me lo digo ahora, mientras recreo ese sin fin de hechos en los que me he emprendido y he salido exitoso y, a la par del resumen, entre los puntos pro y en contra, reconozco que el sacrificio de algunas cosas conlleva poder muchas otras más y quedo en silencio para no engancharme en ello.
    Es ya mitad de año y hay un sinfín de obstáculos que puedo ponerme si así lo deseo. Sé que puedo dejarlo todo y aferrarme sólo a lo necesario nuevamente