sábado, 23 de julio de 2011

Platica para romper el cielo

Parecía asoleado, digo, eso fue lo que pensé cuando me lo encontré mientras llegaba al parque. Parecía olvidado, como si nadie en la ciudad se acordara de él, lo que hacía recalcar el rozar del sol de julio mexicano. El mediodía era tranquilo, como la jaula en la que antes vivía aquel hombre rubio durante su estancia en mi hogar, hace cinco años ya. Cruzó la mirada conmigo con un toque de anhelo más sin embargo, al igual que los demás, finguí haberlo olvidado.

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