martes, 12 de julio de 2011

Ansiedad 01:5?

Para cualquier inquilino de los departamentos del 200 al 222 que pasara por la puerta del apartamento número 212, escuchar a Miles Davis sonar dentro no puede ser nada más que un ataque de ansiedad queriendo ser tranquilizado. Miles tiene ese poder sobre Anselmo, quien recibió de su tió varios discos de jazz de los cuales, fue precisamente uno de Davis el que parecía calmarlo en sus ataques de ansiedad. Suena "All blues" antes de que sean las dos de la mañana. Anselmo mira el toca discos con obsesión, la calma parece llegar con los vaivenes del trompeteo y los movimientos hipnóticos del LP. ¿Por qué sólo Miles puede con esto, por qué si Miles puede Liliana no? Preguntas que siempre cuestiona, respuestas que jamás llegarán, no, y menos como los buenos trazos del jazz cincuentero. El reloj cambia a la 01:53 y detrás de la puerta de entrada del departamento 212, pasan dos chicas cantando esa canción pop que ahora todo mundo procura, como si nada más existiera y como si a Anselmo le importara un carajo que mierda de música se engendra ahora en los jóvenes. Sus pies dejan de moverse, entretanto comienza el solo de Davis. Su pálida piel parece enrojecerse al sentir las vibraciones musicales en su entorno, se eriza el vello corporal por default, un ahogo de palabras que se pierden entre notas: Placer al fin. La lluvia ha estado presente todo este tiempo: minutos. Presencia la escena por la ventana, junto a la luna, que hace brillar la sangre que arde en los rasguñados brazos de nuestro ansioso inquilino. Una noche como todas, un todo como nada, una noche de confusiones y bailes tan típicos que son siempre culpa de Liliana. Y el 212 se deja llevar.

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