domingo, 10 de julio de 2011

Insomnio 01:5?

Ella se ha levantado otra vez. Cinco minutos antes de las dos de la mañana, no es tan precisa como en las novelas de suspenso, pero con variaciones de tres a seis minutos de diferencia, lo cuál no hace alarmarla demasiado. El vaso de agua que yace en el viejo buró permanece a medias, un trago concreto y después, encender la lampara de cabecera. El inicio rutinario de otra noche de insomnio preestablecido. Tendría que asomarse de nuevo por la ventana para aclarar que esta lloviendo, pero se queda absorta sentada, como si esperara a que las pocas gotas de lluvia que pegan en la ventana hicieran un toc-toc para voltear, como si la noche no fuera suficientemente casual, sólo para variar. Mientras Raquel, se pasa las manos por la cara intentando impregnarse de un poco de sueño que se unte a su demacrado rostro, el reloj llega a las dos de la mañana, un rojo profundo que se plasma como la mirada acosadora de fiel violador. Un claxon en efecto Doppler y el suelo inmerso en trozos de fotos rasgadas desde hacia un mes. La noche que ahoga a suspiros discretos, los fármacos que se desparraman por doquier, todo es exactamente igual, pero Raquel no lo quiere visualizar así: "Hoy no, joder". Lastima que una chica tan hermosa como ella se encuentre en esta situación; puedo pensar y puedo afirmar que ahora seguirá haciendo lo mismo una y otra vez, como si esperara ver un cambio al despertar, un mínimo detalle, un vacío total de su habitación, un mar que entorne todo alrededor, un falso estado de conciencia que se adueñe de ella. Una minuciosidad un tanto exagerada detrás de esa nariz. La llovizna siempre es como ayer, una tersa brisa que se acompaña de solitarias gotas gordas que caen de vez en cuando, un chasquido y un soplido que hacen su trabajo en cada madrugada de insomnio ocupante sin perder lo singular. Raquel vuelve a recostarse, apagando la luz a tientas y después acurrucándose de nuevo en las sabanas blancas, que hacen parecer la cama individual como un gélido rectángulo lácteo en la habitación. Necesita de una vez por todas controlar esa tonta respiración, necesita dejar de pensar entre las inhalaciones y exhalaciones para poder perderse, para poder caer en sueño y soñar que jamás despertará.

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