martes, 8 de mayo de 2012

Garabato # 31 (Escapando hacia ti)

Entre tanto proyecto final escolar no he podido emprendérme en cosas como la escritura y la literatura, más sin embargo, el tiempo que le dedicaba a estas actividades ahora lo dedico a dormir. Dormir ahora es una de mis prioridades, tanto por el enorme cansancio —sobre todo ocular— que dejan dichos proyectos, así como el calor de Monterrey y la enorme necesidad de ti que siempre me habita. 
    Cuando duermo no hay limitantes, ni temporales ni geográficas, mucho menos las escolares. Dormir es ese vicio recurrente del que todo humano depende, es la salida a las responsabilidades y la toma de lo deseado, en mi caso: tú.
    No mentiré diciendo que de los múltiples sueños que tengo cada noche apenas si recuerdo unos cuantos, pero estoy más que seguro que en todos, y cada uno de ellos estás presente, como el sol que me ilumina, ese sol que adoro y del que dependo, en cada uno de sus complejos resplandores de los cuales, siempre, me dejo llevar hasta a la insolación que busco y encuentro cada noche. 
    Con el simple hecho de apagar las luces y dejar que los fluidos químicos de mi cabeza hagan su trabajo, añadiendo entonces  las seis letras de tu nombre que viajan en mi cuerpo, consigo tenerte, tenerte tan libremente hasta que suena la alarma de las nueve de la mañana.

   

2 comentarios:

Zarzoza dijo...

El dormir es la mejor de las drogas.

nunca te prometí un jardín de rosas dijo...

dormir el sueño eterno en su cama