domingo, 30 de septiembre de 2012

if I'm totally honest with myself

"Sometimes I dream about being a good father and a good husband. And sometimes it feels really close. But then other times it seems silly like it would ruin my whole life. And it's not just a fear of commitment or that I'm incapable of caring or loving because... I can. It's just that, if I'm totally honest with myself I think I'd rather die knowing that I was really good at something. That I had excelled in some way than that I'd just been in a nice, caring relationship."

jueves, 27 de septiembre de 2012

Sueños binarios

    He trabajado arduamente en los últimos seis meses en la construcción de un proyecto espiritual, un distinto enfoque de visualización humana que me haga liberarme de culpas existenciales posmodernas en las que me he adentrado, sin una necesidad como tal, sino como el resultado de los días en los que me tocó vivir. 
    Como muchas otras actividades o trabajos, he sentido que no puedo, que es otro punto más que añadir a la creciente lista de imposibilidades de mi vida, de mi aleatorio punto de existencia y mi pseudo autodestrucción.
    Mis sueños se aferran a la percepción lógica del mundo, la falla de San Andrés y las ilusiones ópticas están en el repertorio, cosas sencillas y científicamente explicables, todo sin una magia aparente que deslumbre la percepción de la humanidad. Números binarios que llueven bajo gritos y llantos en VoIP, ideas que fluyen en paquetes de datos a través de enlaces troncales, flujos químicos que mi cerebro hace circular para mantenerme un poco entretenido. Silogismos aristotélicos. 
    Los sentidos existen, explotan en miles de ceros y unos que se registran, analizan y sintetizan para tratar lograr el completo algoritmo de tu mirada. Sigue siendo un intento, una búsqueda de la ecuación de tu hermosa lógica difusa.

sábado, 22 de septiembre de 2012

Textos infames y fotos barridas

    Muchas de las palabras que has escrito y he querido leer se han quedado en medio de mi lengua tratando de ser dichas; ¿Anglicismos? no sé, explícame; No, no son palabras extranjeras ni tampoco estoy diciendo que sean en español pero difíciles de pronunciar; ¿Entonces?; Pues simplemente causan un shock en mi, desde el lugar preciso o impreciso en el que los colocaste hasta el momento en que las leo y no las puedo pronunciar; Ya, empiezo a entenderte pero no del todo, a mí me pasa, más bien, cuando analizo alguna de tus fotografías; ¿Sí?; Sí, hay ocasiones que desde el momento en el que veo alguna de ellas y trato de preguntarme qué es lo que quieres transmitir con ello, qué es lo que sentiste tú ante eso; Lo sé, pero es como si no nos entendiéramos, ¿no?; No, no lo creo así, creo que, en parte, ese sentir es de las cosas que más me inquietan de ti, de buena forma, es de las cosas que me atrapa y me hace querer descubrirte más y más; ¿Y qué pasará cuando los dos nos descubramos por completo?; Seremos viejos amantes, puros. 

    En todo el tiempo que llevo de conocerte nunca habías usado botas; Es cierto; Ahora no te las quitas ni para coger; Bien que te excita; Sí, pero parece escena de película porno; ¿Sabes qué parece porno en verdad? Todos esos rituales que platica el morro éste que te conté la vez pasada; ¿El de la chaqueta con la puerta abierta y sus múltiples fantasías con su prima?; Sí, es como una idea para infomerciales tratando de vender ideas tontas para lograr erecciones de más de tres minutos; ¿Será virgen?; En estos días sólo mi tío cuarentón es la única virgen de México.

    ¿Alguna vez me enseñaras a escupir?; ¿Escupir? pensé que odiabas eso; Sí, pero me gustaría hacerlo alguna vez; Pues no soy experto pero basta con un refresco de toronja y tu saliva se llenará de un viscoso vaivén; ¿Qué, es cierto?; Claro, por eso me caga; Yo nunca la he probado o creo que si, con alcohol; Pero sola, ¿y para qué quieres escupir?; No sé, quiero saber que se siente aventar esa sustancia horrible al suelo; No es la gran cosa, mejor cómprate una pistola de agua y moja a las personas desde la ventanilla del camión; ¿Y eso como para qué?; A mi me ayuda a controlar mi ansiedad; Fuckwitt.

Amo el número 13, qué mala pata

    De los días en los que me doy cuenta en que por más que sienta y crea que hago un poquito para darle sentido a mi vida, siempre nace un lapso de distimia: un momento justo para odiarme y odiar a todo el mundo hasta el fin del hastío. Así me conoció esa vez, en un momento de ansiedad en el que mis brazos reflejaban el soliloquio que siempre ha sido mi film, esa película asquerosa que alguna vez intentaste ver en un lunes de asueto y que aburrió a más de un par en menos de quince minutos.
    No tengo nada que mostrar ni nada nuevo que contarte, porque no quiero, porque en verdad no tengo nada que decirte, sólo que, te odio como a todas esas circunstancias que llegaron a hacerme creer lo contrario. Qué puedo hacer, así voy a ser hasta el día en que deje de verte cada vez que mire el espejo.

martes, 18 de septiembre de 2012

Mientras miro las luces caer


    Sería de gran ayuda que fueran nuestras cabezas las que rodaran menos de vez en cuando ¿no?; Claro que sí; Sí, lo sé, pero la verdad me pregunto si ese “lo sé” tiene algún significado cuando aún me pregunto quién demonios soy cada que me veo en el espejo; Te comprendo, siento lo mismo cada que mis pies tienden a tropezar y me voy de bruces, es como la hipótesis que tenemos todos a cerca de si en verdad estamos aquí y ahora; Yo no tengo esa hipótesis; ¿No?; No, pero tengo la mente tan llena de requerimientos que quieren ser necesidades, ¿Cómo la playera que dijiste ayer?; Exacto; Te quedaría bien, sobre todo por esa extraña abertura de cuello que no suele ser tan occidental; Toque exótico; Carisma de mestizo. 
    ¿Hablas en serio cuando dices que ya no me quieres?; No, más bien creo que me faltas, me faltan tus ojos y me faltan tus besos como no tienes idea, tus tetas, tus caderas, tus nalgas en mis manos, a eso me refiero; Haces que me sonroje; Deberías, como cuando aquel bruto te habló bonito y te sonrojaste sin importarte que fueras conmigo a aquel bar; Perdóname, la verdad fue muy estúpido; Él es un estúpido, tú sólo llevabas un bonito vestido; Es tu favorito; Y el de él también; Perdóname en verdad; No puedo, eres sólo el reflejo de mi novia en mi mente, eres un flujo químico pero muy especial.
    Sabes que siempre veo esa película cuando me siento así, ¿verdad?; Sí y también sé que te sigues masturbando en la ducha, ¿Y cómo sabes eso?; Estoy en tu mente, genio; Pero no se vale, además te gusta; Nunca dije que no; ¿Sabes que me gusta a mi?; ¿Qué?; Me gusta y me encanta que, cuando pretendo no pensar en ti por algún enojo, te pienso más, es como si me sedujeras mientras yo trato de hacerme el indiferente; No tratas, lo logras muy bien; Defectos hereditarios, cielo.
    He intentado mil y una veces entrar en el estado en el que duermes y te sales de tu cuerpo; Eso a mi me da pavor; Pero, ¿no te es interesante?; No, me aterraría verme ahí, es como cuando choqué con un poste de luz en la bicicleta y después sólo vi un par de mis dientes en el suelo; Pero sólo eran dientes; Mejor aun, y… ¿qué te llama la atención de todo eso?; Pues no sé, toda mi infancia pretendí ser alguien más en un país diferente, sería lo más cercano a eso; Déjate de mamadas y vente a vivir conmigo.
   

miércoles, 12 de septiembre de 2012

La gente es la misma


De tanto andar de un lado a otro descubrí
que en todas partes la gente es la misma:
la misma soledad
la misma decepción
todos esperan algo que los va a salvar: un banco suizo
la fama, un profeta o la revolución
o una explicación nuclear, la razón, o el amor de su vida.
La misma gratitud, la misma comprensión
la misma soledad, el mismo corazón.

martes, 4 de septiembre de 2012

Kaput!


     Había decidido llegar, hacer las cosas de la mejor manera posible: tomar dos tazas de café, arreglar algunos equipos mientras me interrumpían brevemente para hacer alguna cosa más. Parecía buena idea, hasta podría decirse que eran las ganas de hacer algo lo que corría por mis venas este día, pero no, estoy encerrado y ya me quiero ir.
   
Por los últimos años he tenido un enfrentamiento duro frente a los empleos que he tenido, un temor innecesario que nació hace tiempo y que aún oscila entre mis días. A pesar de eso he decidido trabajar, ser uno más de la oficina, uno en verdad más del montón, uno que se esconde tras un monitor de 15 pulgadas y que come en la oficina, ese soy yo, en el más aceptable de los casos, y hoy, como en aquellos días, me siento incomodo.
   
Tal vez sea sólo el día, uno aburrido, el primero de una gran lista. Sí, es lo más probable y lo mejor para creer justo ahora, entre estos veinticinco minutos que faltan para salir y estas palabras que no me convencen de nada, mi escritura anda tan mal como las pc’s que me toca reparar acá, “sos una bestia”.
   
Creo que sólo dejaré que el tiempo pase, que haga conmigo lo que quiera, que me siga aburriendo hasta dejarme en el hastío, de igual manera, sé que me largaré en unos cuantos minutos. Kaput.