–No usaba las
medias negras ni el bolso entre los senos… es una estupidez –dijo con voz grave y después
terminó su café a sorbo largo–. Pero a lo que voy es que, después de tantos
años se presentó ante mis ojos y recordé todo eso que habíamos hecho y el
montón de chicas parecidas con las que salimos. Hasta recuerdo que había jurado
que si llegaba al matrimonio, tenía que ser con una chica que cumpliera los
estándares de la lista… y Carla ni siquiera se acerca un poquito.
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