Tal vez la tarde tenga la culpa.
Culpa de que el cielo sea rosado
e imite el rubor de tu rostro.
Culpa de que el momento
se impregne con olor de ébano quemado.
Culpa del desespero y la constante
actitud de impaciencia.
Culpa de que mi piel busque la tuya
y se seque.
Culpa de la inexactitud
de las miradas.
Culpa de lo absurdo
de mis palabras.
Culpa total que recae en mi alma
por no ir a buscarte,
por no ir a robarte.
Somos culpable la noche y yo,
pero estamos de acuerdo
de que aquí el único loco
soy yo.
Eso es lo de hoy
y mañana.
Soy culpable de creer
y vivir en el amor.
Culpable de vivir en tu esplendor,
vivir para ti y
lo demás es nada.
Tal vez la tarde no tenga la culpa
aunque esté aquí presente.
Tal vez seas tú
la verdadera culpable
de que hoy yo me encuentre demente.
Otro loco e incoherente que se pierde entre tanta gente.
Feb 2011
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