I can't forget. Breves palabras enviadas en graves ondas sonoras, que se filtraron en mí hasta hacer que en mis oídos retumbara y lastimara de forma cruel a tal grado de no verte. No se si aun este vivo o en algún tipo de limbo, pues no siento dolores supremos, pero tampoco me siento aliviado. Espero el silencio y comienzo a buscar la mínima pizca de ti en la inmensidad de la nada. Grito. Hay paredes que me devuelven el llanto a bofetadas y suprimen lo intenso de mi necesidad. Me revuelco y abrazo tu esencia olvidada que escapó un día de ti, esa que me robé y guardé para un momento como éste. Me calmo y me esperas. Te guardo en un frasco y me levanto, pero con una nefasta presión caigo de nuevo. Me disuelvo en el piso, no sé que pasa pero creo que es culpa tuya-de tu verdadera yo- y de nadie más. Mientras estoy en un dilema de pensamiento espacio-tiempo. Siento que arranco, que me muevo sin reacción o deseo. ¿Has sentido el mirar de una persona clavada en ti? Te siento. Volteo. Sonrío. Me metamorfeo pero no te alcanzo. Oh, me siento mejor. -Pendejo-
La puerta del vagón se abre de golpe y los pasos de una persona retumban con eco fulminante. Hubiera sido demasiado doloroso para cualquier otro momento, pero ahora ya no sentía, eso que llaman dolor lo ignoraba completamente. Habitaba una sensación de calma en mi ser, una especie de relajación que no entendía pero que daba miedo solo intentar razonarlo. Los pies se colocaron enfrente de mí y reposaron durante un instante. Me atreví a abrir los ojos pero no divisaba nada, todo estaba amorfo y borroso. Las luces se movían al placer de serpientes en la arena, parecía una broma. Sin percibir la rapidez del movimiento, el ente que entro por la puerta toma el frasco y se retira. Se va con una enorme calma que hace quedarme como un inocente niño después del regaño. Amanece. La luz hace que todo lo demás se haga más brillante y borroso. Oh, gracias señor del sol. Me quedo solo intentando protegerme y sin tu esencia encerrada en el frasco de cristal. -Pendejo-
Debería irme, debería nunca poder haber hecho nada para merecer esto, pero ahora esto es lo que tengo y lo que no tengo, es todo lo que tenía de ti aparte de tus falsos recuerdos sublimes. Te has ido dos veces, cuerpo y alma, esencia marchita. Igual estaba predestinado a perder, pero no pensé que a tal grado. No pensé que nada más pudiese pasar, hasta que de repente las luces que ya había visto brillar y moverse tan rudamente por encima de mí, empezaron a amenazarme con exóticos movimientos. No sabía que hacer, ¿Cómo competir con cinco luces que cambiaban rápidamente de forma y eran cuatro mas que yo? Aun tenía la vista imprecisa, tenia todas las de caer. El vagón paró en seco y las luces, una detrás de otra, se lanzaron hacia mi boca. Estas raspaban como el fuerte licor pasando rasantemente. Todo estaba nublado para mí. Lloriqueos y desgarrantes gritos. Todo esta en blanco y comienzo a morir en un sueño, mientras mi familia me observa, desesperada base a tal vil espectáculo. Un hombre se acerca con un pequeño frasco y me introduce su deslumbrante contenido por la boca. Me calmo. Vivimos para contarlo. –Ni tanto-
2009
La puerta del vagón se abre de golpe y los pasos de una persona retumban con eco fulminante. Hubiera sido demasiado doloroso para cualquier otro momento, pero ahora ya no sentía, eso que llaman dolor lo ignoraba completamente. Habitaba una sensación de calma en mi ser, una especie de relajación que no entendía pero que daba miedo solo intentar razonarlo. Los pies se colocaron enfrente de mí y reposaron durante un instante. Me atreví a abrir los ojos pero no divisaba nada, todo estaba amorfo y borroso. Las luces se movían al placer de serpientes en la arena, parecía una broma. Sin percibir la rapidez del movimiento, el ente que entro por la puerta toma el frasco y se retira. Se va con una enorme calma que hace quedarme como un inocente niño después del regaño. Amanece. La luz hace que todo lo demás se haga más brillante y borroso. Oh, gracias señor del sol. Me quedo solo intentando protegerme y sin tu esencia encerrada en el frasco de cristal. -Pendejo-
Debería irme, debería nunca poder haber hecho nada para merecer esto, pero ahora esto es lo que tengo y lo que no tengo, es todo lo que tenía de ti aparte de tus falsos recuerdos sublimes. Te has ido dos veces, cuerpo y alma, esencia marchita. Igual estaba predestinado a perder, pero no pensé que a tal grado. No pensé que nada más pudiese pasar, hasta que de repente las luces que ya había visto brillar y moverse tan rudamente por encima de mí, empezaron a amenazarme con exóticos movimientos. No sabía que hacer, ¿Cómo competir con cinco luces que cambiaban rápidamente de forma y eran cuatro mas que yo? Aun tenía la vista imprecisa, tenia todas las de caer. El vagón paró en seco y las luces, una detrás de otra, se lanzaron hacia mi boca. Estas raspaban como el fuerte licor pasando rasantemente. Todo estaba nublado para mí. Lloriqueos y desgarrantes gritos. Todo esta en blanco y comienzo a morir en un sueño, mientras mi familia me observa, desesperada base a tal vil espectáculo. Un hombre se acerca con un pequeño frasco y me introduce su deslumbrante contenido por la boca. Me calmo. Vivimos para contarlo. –Ni tanto-
2009
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