Hace tantos días ya que dejé las caminatas por Hidalgo. Hace tiempo ya, de los momentos de busqueda amortiguada, de la soledad entrebuscada. Falta el sudor hasta la insolación en la plaza de mis lecturas, falta el tabaco hasta el hastío. Todo el ritual parece haberse ido con el recuerdo de su rostro. Pero yo sigo igual.
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