jueves, 30 de junio de 2011

Recuerdos atrapados, deseos decorados

Un avión, un balcón, ¿y tu amor? No lo sé. Si sabes, ¿tienes alguna pequeña idea de lo que estoy tratando de decirte? Ni yo, solo sé que ese dolor que a veces despierta de lo mas oscuro de tu corazón no es casualidad. ¿Iras a festejar la navidad? Yo tampoco. Ya nadie le da una verdadera atención a este tipo de fiestas, pero y que, la verdad no esperaba que me respondieras con una respuesta exacta o asociada al tema. Lo veo venir, si sabia que tu igual pero quise sentirme especial por un momento y perderme por ahí. Pasé la mayoría de mi vida fingiendo que vivía en otro lugar, lejos muy lejos de casa y tu dijiste que era lógico. No se que vaya a pasar mañana, ojala algo radical ¿verdad? Ah, sabía que dirías lo mismo. Un avión, un balcón, algo de pasión y rubor; me acorde que dijiste que todo se iba a acabar y no fue así, y por primera vez te encontré equivocada, y te dije ¿te acuerdas? Si lo sé, nunca se puede saber, tenías que decir algo por cierto. Ayer por alguna u otra razón me acorde de los peces raros que dibujaba la niña que me dijiste y que te daban curiosidad, la chica ninfa como le apodabas. ¿Un helado? Esta “haciendo frío”, no, falso, ni parece temporada navideña simplemente el invierno se burla de nuestras estúpidas creencias rutinarias y nos da un toque de febrero loco, como tu ego. ¿Qué? Ah si, te doy permiso, muérete cuando quieras, pero no me dejes solo.

20/dic/2007

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