jueves, 31 de enero de 2013

Para mi un café expreso IV

    ¿Qué es lo que estoy esperando? Ayer encontré un pequeño gato blanco frente al barrio irlandés de la ciudad como uno de esos estúpidos detalles en los que se fija la gente, era blanco y su mirada parecía más fría y ambiciosa de lo que debería (al menos, tenía más porte que otras miradas que conozco), una mirada segura de haber encontrado su objetivo intemporal (¿o antemporal?) entre la tercera y cuarta vida (después de haber aprendido un poco, quiero creer, ¿verdad Roberto?). Esperaba sigilosamente sin dejarse perder por el entorno citadino del que ya tanto vivía, el momento no era exacto pero el lo sería, en el acto, rápido y certero, tanto que las vecinas pecosas lo recordaría como el cadillito animal de la manzana. ¿Qué es lo que estoy esperando? Ayer esperaba la frondosidad de mi cama y el proceso detrás de todo ello: entrar en mi pieza, abrazar a mi perro, encender la lampara de mesa, desnudarme y vomitar una a una cada mierda que rocogí en el entorno de esta metrópoli. Pero ahora ya no sé que sigue. ¿Balzac, Arlt?

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