Tuve que abandonar mi relectura de Rayuela por obvias razones y extrañas circunstancias para los que no saben mucho, o sea, la gran mayoría. Si, y es que éstos últimos días me he convertido en una extraña síntesis de lo que soy: un revoltijo de variaciones existenciales y sentimientos golpeados por una volubilidad digna de presumir. No sé a ciencia cierta qué es de mi en estos momentos, no puedo describir a certeza lo que se refleja en mis ojos más que una vaga sensación de desesperanza y falsa estabilidad ante mi ambiente de trabajo. Voy a salir a vomitar todo esto en cualquier momento, te lo juro. No puedo intentar hacer algo bien porque sé, de antemano, que todo saldrá mal. Vivo entre café, alcohol, comida y un montón de masa gris que creo es mi vida. Duermo más de lo debido, sueño más de ti que conmigo, sí, sí, sé que no podré vivir mucho así, así, a-s-í.
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