martes, 3 de junio de 2014

Gustavo Show

II


    Se ha puesto ebria y se ha quedado dormida en mi hombro. Es temprano, llevaremos, si a caso, dos horas en el bar. Los chicos de la mesa se limitan a dirigirme miradas gesticulando su duda ante el acontecimiento a lo que, con una sonrisa forzada y una figuración de sueño, respondo para despreocuparles de su actual estado. Se ha puesto ebria y tenemos que irnos. Nos vamos.
    Le despierto y le animo a irnos del lugar. Procedo a acomodarle la blusa y a despedirme ante las personas indicando su cansancio. Salimos del bar y tomamos un taxi. Nos vamos. Indico al chofer cómo llegar a su lugar. Él se da la libertad de proponerme un camino más corto. Lo acepto. Llegamos, pago y vomita bajando del vehículo. Le espero.
    Subimos a su lugar. Le recuesto. Opto por quitarle la ropa. Le cambio. Ahora tiene ropa ligera y puede dormir a gusto. Me pide que me quede con ella. Me quedo. Me recuesto a su lado y no sé qué estoy haciendo. No puedo dormir. No me deja hacerlo. No es la primera vez que hago esto con alguien. 

I

    Estamos ebrios y son las once de la noche. Nos han corrido del lugar. Es miércoles y estamos en el centro histórico. Hemos llegado a las puertas de una iglesia colonial. Fajamos. Le digo que le soy infiel. No sé si lo ha escuchado. Hablamos de las perversiones de tal o cual persona. Seguimos.
    No puedo dejar de pensar en orinar. Saco mi pene de mis pantalones y siento su mirada morbosa. Meo en la parada del Metrobus mientras este mismo se va estacionando y espera a que subamos. Su tarjeta paga el crédito de los dos. Abordamos mientras bailamos la dicha de la noche. Sé que acabaremos odiandonos un día. Esperamos a llegar, son tres estaciones.
    Hemos descendido al lado del parque de su colonia. Está bien peda. Su madre me advirtió de no embriagarle y lo he hecho. Trato de concentrarme y llegamos a su casa. Disimulo mi ebriedad con comentarios diversos. Prefiere tirarse en la cama. Me hago cargo de su estado. Le desvisto y le pongo el pijama. Habla pendejadas. Su madre no nos quita la mirada. Nos recostamos en nuestra cama inflable en la sala. No sé qué estoy haciendo. No puedo dormir. No me deja hacerlo. Es la última vez que hago esto contigo. 

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