miércoles, 3 de abril de 2013

De noche

Cierro mi puerta con llave
para abrirme paso a la noche. 
¡ZAZ! Detrás de mis pies, 
y el verde del semáforo 
alumbrándome el pecho:
aullido ahogado del necio importunista: 
gozo celestial del odio como amor a la vida.

De noche salgo a inhalar 
el residuo de la gente humilde, 
de la gente rica y
el resumen de los pasos
que equivocadamente dan,
preparándome para su desdicha incomprendida,
para compartirla un poco:
acto ajeno del hombre:
desperdicio de otra errante alma.

Bebo de la lágrima colectiva
del soñador promedio,
horrorizándome, pudriéndome
hasta el final lejano que 
llega y se bifurca,
entre la mía, 
entre las suyas,
entre los cientos de
torpezas que
volveré a realizar. 

Sale el sol:
he cumplido mi tarea,
hora de regresar a la rutina
diaria de vivir,
vivir para bailar 
de noche. 

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