lunes, 10 de diciembre de 2012

Las calles (I)

    Por cada vereda que camino voy buscando tu rostro. Miro, pestañeo y volteo a todos lados, en un proceso que se va repitiendo y, es que, perdóname, te estoy buscando en las calles. No puedo evitarlo, hacerlo no me tendría más contento ni mucho menos. Trabajo arduamente tratando de absorber nuevamente la pequeña chispa de tu mirada, la cegadora, la que me mantiene fuera de este mundo tan mío, tan gris y ambiguo donde todo tiene total indiferencia. He quedado desempleado por recorrer siempre las calles con esmero, conté los pasos desde tu casa hasta la mía y no te encuentro, en las calles, no te veo sino hasta en las noches en que cierro la puerta de mi hogar.
   

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