sábado, 17 de diciembre de 2011

Un parpadeo que dure hasta que la luna llame

Entras en la puerta, una extraña puerta de madera mientras arrojas salvajemente el suéter que llevabas puesto. Te miro, con curiosidad y una sensación de querer saber que vendrá después, pero con un deseo de no querer llegar a descubrirlo del todo. Extrañamente aparezco en la cama, no sé como, pero mientras tanto, la forma en la que caminas ha hecho que la iluminación del cuarto se torne tenue y la sensualidad de tus caderas arrasa el momento justo en que digo tu nombre. La mente da vueltas y el ambiente es etéreo. El deseo entre nosotros es grandiosamente atrayente, nacen calores mientras observo tu figura, en un parpadeo que dura hasta que la luna llama.

1 comentario:

Zarzoza dijo...

Hasta que la luna decida ocultarse