sábado, 14 de abril de 2012

Erotismo III

Habitemos el silencio y abramos nuestras bocas con la fina intención de saborear la sazón añeja que dejan los días en nuestras pieles, lo salado del rastro lagrimal en el rostro y el dulce ácido  que fluye entre las piernas. ¡Salud!

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