jueves, 9 de enero de 2014

Nota en la esquina de la agenda I

    "Facilitarme la vida dejándome de mamadas".
    Poco puedo recordar qué era, en verdad, lo que estaba pensando al momento de escribir esta nota. "Facilitarme la vida dejándome de mamadas", "facilitarme", ¿comprendes? ¿Cómo va eso? Seguramente se trataba de un momento espontáneo de escaso optimismo y efímero bienestar social, obviamente, ¿con quienes?—. Aclaración: hacer una nota sobre esta nota. 
    "La vida es sencilla", según dicen, ¿y para quién, o, más bien, para qué? Para qué querer una vida sencilla y más tranquila de lo que ya es, seguramente tengo un mal punto de vista pero, ¿quién no lo tiene?: preguntas que se desparraman del ser como agua desesperada de brotar en la fuente, metáfora del esperma y la ansiedad masculina. Crisis, crisis, crisis.
    12:00, mediodía marcado en el reloj. Tengo que trabajar y dejarme de mamadas, de mamadas, de amadas conversaciones vacías de valor laboral, ¿qué-carajo-estás-diciendo? Despertarme tarde no me está haciendo mucho bien. 
    Salgo por la puerta de la lavandería a encender el boiler con una notable probabilidad de morir quemado. 
    

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