miércoles, 12 de octubre de 2011

Admisiones en el diván

Admito que miento
cuando hablo de mi,
de mi bienestar.
Admito que miento
para hacerte sonrerir,
en las noches,
que preguntas por mi
buscando la paz.

Te digo que que todo va
en un singular manera
de pasar los días,
mientras el día no
pasa sino con angustia
y canciones tristes
que me acercan,
que me alejan,
todo en un mar
de respuestas muertas,
que flotan, que callan.

Admito que miento
cuando hablo de mi,
de la prosa que carcome,
del arido del sueño
en el que vivo
y de la ansiedad que
cubro con un libro.

Olvido decirte que muero,
que sufro en silencios,
que soy dependiente
de nicotina y smog
para tratar de sonrerir,
que te busco en parques
y vitrinas grandes
en donde jamás has estado.

Admito que miento
todas las noches,
en la gravedad de
mis ataques,
en la caída que
te oculto.




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