Despertar sin querer despertar es lo que me
ocupa en estos días. Días distintos a la semana anterior e igual se inconclusos
que los de siempre. He alcanzado a escuchar un mensaje en el celular, el flujo
de algunos carros pasando por la calle y ese peculiar sonido matutino de un
ambiente suburbano, todo mientras me percato que nuevamente me he despertado
tarde y que, en realidad, no hay nada importante que me haga abandonar las
sabanas y su refugio.
Después de dar vueltas y no entender nada,
me levanto con la única intención de abrir la ventana y observar el exterior,
ese mundo extraño y tétrico del que no termino por acostumbrarme.
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