martes, 10 de noviembre de 2020

Arena

    Todo ha de girar siempre. 
    Me lo digo al momento. Me lo dije hace tiempo. Me lo dije en el lienzo que plasmaba de retratos insensibles en los que plasmaba rostros de transeúntes regios en los que proyectaba mi inseguridad hace ocho años. Me lo digo ahora, justo después del comienzo, antes de la finalización de todo esto.
    ¿Qué es todo esto sino el climax de la inseguridad de mi temporalidad? Son las no-me-acuerdo con veinti-tantos-minutos. Hace un vergo de calor. De aquellos. De los que causan hipo con un trago de cerveza bien helada. De los que hacen recordar la fragilidad de los veinti-tantos y la belleza de tu amada. La que creías era tu amada. A ratos. La que no se quedó contigo. Por pendejo. Porque no no quisiste.  Porque no tuviste los huevos. La que se aparece entre-sueños-siendo-la-indicada- ¿La indicada con-respecto-a-qué? A tus pasos. A tus caprichos. A los ritmos que uno seguía cuando la amistad desaparecía y y aparecía la intangibilidad. La no-atemporalidad. El valeverguismo. La realidad.
    En-este-momento son las ocho-cuarentaicuatro de la noche y hace un calor de chingatumadre. Regreso a mi mente. Regreso a ese momento. Hemos estado en el techo de los departamentos cavilando toda esta mierda. Esa mierda antigua. Haz traído una botella de vino. Me empeño en abrirla con un cuchillo de mesa mientras hablas con tu hermano. Tengo éxito . Mientras tanto, te pido los vasos rojos desechables para servirnos el primer trago. No cuelgas y yo saboreo el primer sorbo mientras diviso el regio valle decadente frente nuestros pies. No-es-tan-tarde. Cuelgas. Olvido las primeras palabras de disculpa mientras me enrolo con las canciones espontáneas que me gustan y pongo reproducir. Es una noche hermosa con unas tonadas buenas de unos-pendejos-de-los-angeles-que-apenas-puedo-recordar. Tu brillo entre las luces y sombras me reluce al momento que vuelco mi mirada hacia ti. Estás hermosa, como siempre. Yo no sé en qué punto me encuentro pero te aseguro que estoy ahí, como si todo estuviese varado mientras observo esa mirada inconclusa viéndome fijamente. 
    

1 comentario:

Zarzoza dijo...

a veces lo sueños son una rabieta
un capricho, un tal vez debí pedir x o y
pero de eso se trata, estar siempre eligiendo que no?