Escucho tu voz
resuena la flor
suena,
mira de reojo,
la imagen llana
se plantea entre
nosotros,
ardo en fuego.
Hablamos con los
dedos,
en el cielo,
Dios; Soy el vuelo
y este es
mi territorio.
Corramos, sigamos
en el lienzo,
desde
el comienzo;
ardo de nuevo.
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