lunes, 9 de diciembre de 2019

Noche día

Cada trazo y cada camino que terminamos recorriendo
despiden ecos de algo distinto
que se quedan grabados como serpientes en arena
silenciosas y a su vez van dejando huellas,
huellas que permanecen grabadas en cemento,
grabadas en la memoria
sigilosas para aparecer en los momentos más inesperados:
un cuento,
un corazón,
un cerebro,
una materia prima para crear algo nuevo.
Que finalmente después de cierto tiempo será
abandonado,
olvidado,
y sepultado abajo de los nuevos palacios
que vienen y desbancan los suelos viejos
que existían ahí antes que ellos.
Y estos a su vez desbancan a los demás
y formando olas y desfiguros,
se vuelven muy difíciles de arreglar.
Algo mas que es difícil es
encontrar los pasados que queremos componer
tanta pintura sobre la fachada desgastada
impide y modifica la respiración del animal,
esa bestia sagrada que cambia para siempre y
muy rara vez dormita.
Nada nos garantiza que tendremos lo que tenemos,
nada nos garantiza una vida segura,
tampoco sabremos si tendremos pensamientos que
llevan a una espiritualidad iluminada,
nada nos garantiza la paz.
Pienso en que no somos dueños de lo que ya logramos.
Y nada nos garantiza que seguiremos siendo los mismos
pero siempre tendremos las huellas,
esas huellas para recordarnos
de dónde y porqué vinimos hasta aquí.


ORL

1 comentario:

Zarzoza dijo...

me quito el sombrero.
amazing