domingo, 28 de febrero de 2010

Mientras viene la primavera


Invadiendo el espacio de la pérdida desde hacia mucho tiempo, me había acostumbrado a rasparme, a estar herido constantemente y uno aprende a vivir con ello. Uno sabe cuando las cosas no se dan del todo y lo único que puedes aprender a apreciar es sin más, el tenerse a uno mismo. Caminatas que nunca cogieron compañía, placeres ciegos relativos, autocompletación, y la resignación de existir simplemente, tratando de disfrutar de esas cosas que uno adora, pero en un viaje de Bus sin acompañante en el aciento de al lado, y conformandose con observar por la ventanilla. Quebrantado pero sin flaquear, desviado del camino de la providencia por la tangente más ininteligible, forjaba un estrecho camino, con las manos ya inchadas y la mirada borrada. Materia olvidada en el espacio-tiempo, pero que a fin de cuentas, está. Momentos, que simplemente estan ahí, sin querer estar, sin saber exactamente donde, simple física cuántica; no son los mejores ni los peores, pero ella tiene unos guardados para mí. Ella quien cruzo su tangente con la mía, quien creyo estar perdida y descubrio que no es así. Por que dos lineas que se juntan tienen un punto en común, que por mas pequeño que sea es un trazo que nos junta a los dos. Ella, la pequeña personita de ideales complejos y acento capitalino. La que no sabe si escogio o la encontraron. La chica de cabellos cortos y camara a la mano. A la que le pedí matrimonio sin dudar. La chica que decidió unir sus pasos a los míos. La medio transtornada. La que ama los libros. La que come cerebros. Unida o cegada, mas bien perdida, como yo. Encuadre. Espacios. Rombos en la puerta de entrada. Golpes graves. Quizá pasos, quizá madres. Tal vez pasos siguiendo la escalera. Tocán tres veces. Nadie atiende. Un minuto de espera. Tocán de nuevo. La tangente aún sigue siendo tangente. Abril. El cartero llama a la puerta y nadie atiende. Y espera. No atiende nadie, por que los dos estan fundidos en un solo ser.

lunes, 15 de febrero de 2010

Lunes

(And no-one sings me lullabies
And no-one makes me close my eyes
And so I throw the windows wide
And call to you across the sky)

Puede que no sea cierto.